domingo, 5 de julio de 2015

Dios es ateo

Cuando era niño y no entendía algo de la Biblia, mi padre me explicaba ciertos pasajes y otros quedaban enmarcados con una incógnita gigante.

Israel, para llegar a tener un pedazo de tierra, enfrentó muchas guerras tribales y vivió rodeado de violencia. Pasó por varios períodos de esclavitud, incluso en la época de Jesús.

La Biblia, quienes la escribieron, lo hicieron desde una perspectiva humana bastante básica, con un lenguaje limitado y con muchos errores e idealizaciones sin demasiado fundamento.

Cuando llegó Jesús, en lugar de intentar escribir una Biblia corregida prefirió mostrar, en sus actos, el plan de Dios para con cada ser humano: amar, amar y ama como respuesta a toda necesidad humana. Mostró que se puede prescindir de todo, en nombre del amor verdadero, incluso de la vida misma.

Y los conceptos humanos volvieron a hacer de la suyas con la imagen de ese Jesús de carne y hueso, de espíritu y vida. Del líder que alimenta a muchos con poca comida, del hombre que es capaz de hacer el bien incluso cuando la ley lo prohíbe. Del ser humano capaz de volverse divino en cuanto busca a su creador y a Él se asemeja.

Jesús es el hijo de Dios, pero qué poco creía en el dios de la ley escrita y tan contradictoria.

Si Él volviera y visitara cada templo donde se adora a Dios, de la religión o culto que fuera; en lugar de leer en ella la Palabra, tomaría un par de látigos y sacaría de la casa de su Padre a tanto mercader de la fe de la gente que busca a Dios y NO lo encuentra.

Porque las contradicciones son profundas, porque dios no es Dios y el pastor no es Jesús, ni un testigo suyo, ni una imagen de su liderazgo espiritual. Y es que el mensajero no es nada importante comparado con el mensaje, porque la Buena Nueva sigue estando vigente y sigue estando encerrada entre páginas que nadie lee ni defiende, entre discursos que hablan de dios y no lo muestran.

Dios sigue siendo ateo, no cree en esos dioses que nos fabricamos a conveniencia. Jesús sigue siendo verdad y vida.

Y tú, ¿eres cristiano de los que busca al Dios verdadero como Jesús hacia? O eres de los creyentes que busca a un dios, que de tanto desgaste prefirió volverse ateo.

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