Y no, verte sonreír no es un verso, es poema y es canción.
Y es que, con tanto que me dices al reír, un verso es demasiado corto para ti.
Me dices que estás cansada pero eres capaz de olvidar las cargas y sonreír.
Y cuando llegan las cuentas, y la vida se pone tensa, me recuerdas que cuentas conmigo y me es suficiente para volver a sonreír.
Y no es verso la vida, ni es poema ni es canción. Es una batalla rara, donde nadie es ganador. Porque, aunque venza un par de veces, siempre hay cimas que alcanzar y siempre hay simas que probar.
Y sonríes y hay sol de nuevo, y me siento invencible, otra vez. Y así cuento el tiempo, entre la sonrisa que me das cada mañana y se vuelve mi sol, y la que me regalas al ponerse el sol y regresar a casa a recargar el alma, conectada a ti.
No eres verso, ni poema ni canción,
eres luz, fuego y cielo.
Bendición.
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