sábado, 23 de abril de 2016

Un terremoto... de amor

En una nota de voz de casi 15 minutos, una amiga de Manta, 4 días después, me contó cómo vivió la tragedia que el sábado 16 de abril a partir de las 18:58 enlutó a todo un país, mi país, Ecuador.

42 segundos cambiaron la vida de más de 14 millones de personas de un pequeño país en el centro del mundo. Un punto subterráneo se rompió y sacudió la tierra bajo los pies de personas que estaban viviendo su noche de sábado, aprestándose a ir al templo de su fe a dedicarle una oración al dador de la vida, preparándose para ir de farra con las amigas y amigos, sentados frente a la TV haciendo zapping...

Y 42 segundos fueron suficientes para llevarse a cientos a otro lugar, porque entre los escombros y la oscuridad sus vidas fueron segadas, se apagaron entre un lamento, una oración surgida del pánico y la fe, mientas otros, entre la desesperación y el miedo, corrían lejos de todo lo que caía, buscando salvar su vida y la de los suyos.

"... Y no paraba ese infierno, queríamos salir corriendo y la tierra no nos dejaba... nos miramos a los ojos, nos abrazamos y esperamos nuestra muerte..."

Su voz entrecortada, temblorosa, ahogada por el miedo, acribillada de terror recuerda el aciago momento, el deseo de salir corriendo y no poder, de buscar lugar seguro y saber que no lo había, la angustia de no haber vivido lo suficiente, de probar la sed por tener un poco más de tiempo, para vivir a los suyos, para hacer real el milagro de ser madre y que un niño te diga "mamá". 42 segundos fueron suficientes para ver la vida entera pasar y sufrir un futuro que se podía quedar bajo los escombros del que ha sido por más de 20 años su hogar. "Mi mamita, desde el patio me gritaba, me llamaba que saliera que todo se estaba cayendo... Y yo no podía. Bajo el umbral de la puerta abrazada a él rogaba que ya pare y escuchaba como todo caía a mi alrededor..." ¿A dónde huyes cuando no hay salida? Tu mente te lleva a los momentos felices que tuviste y a los que quisieras vivir... "Intentábamos salir y la onda de esa pendejada nos echaba hacia atrás... Mi papi tampoco pudo salir del piso de arriba, le pasó lo mismo".

43 segundos después, terror por doquier, entre la oscuridad de la noche y el llanto de la gente, se escuchaban caer las paredes de los vecinos, los gritos y la angustia, nombres que el viento transportaba tratando de ubicar a los hijos, a la madre, a los amigos... Nombres que nos duelen al hacer recuento del desastre. Nombres que nos empujan a ayudar, que nos duelen como propios.

"...nosotros fuimos bendecidos porque literalmente no nos pasó nada, más allá del susto y el terror vividos, no nos pasó nada... Pero cómo duele enterarte de quienes lo perdieron todo, empezando por sus seres queridos..."  

Y ahora empieza la tarea de reconstruirlo todo: 
la confianza en la tierra que pisas a diario, 
la confianza en la vida que vives de milagro
la confianza en la gente que te rodea y que te ayudó cuando todo se caía en pedazos
la confianza en que el amor no te suelta nunca cuando es de verdad
la confianza en la patria en la que no elegiste nacer pero que te abraza desde cada rincón y te ayudará a reconstruir lo que una noche de abril, un sacudón de la Pacha Mamá, te quitó.

Volveremos a sonreír. 

A vivir!



miércoles, 13 de abril de 2016

El presidente invisible...

La última vez que lo vieron sonreír en cámara fue cuando se ciñó la banda que le otorgaba poder sobre la Constitución. A diferencia de su antecesor y aunque la ciudadanía pedía que la quemara ipso facto, decidió volver a darle equilibrio y estabilidad a su pueblo golpeado, adolorido, vejado por años. Juró su poder sobre la  constitución por la que una gran mayoría votó. Y, aunque habría que hacerle muchos cambios, decidió devolverle a la institucionalidad el respeto que se merece. Porque la historia como cualquier actividad humana se construye sobre el respeto.
Había crecido tanto el descontento por la figura del político que aparecía en todo canal, a toda hora, para repetir siempre lo mismo, que incluso, él mismo, estaba harto de ser político. Y su compromiso era dejar ese pasado en el congelador, colocar en terapia intensiva a la debilitada economía, invertir en la salud de su gente y sembrar dólares para cosechar progreso.
A diferencia del pasado y con el ánimo de que la confianza se fortalezca entre los vecinos locales y los extranjeros, pero no extraños, promovió un PARE urgente en esa tarea idiota de extraer dólares del subsuelo y echarlos a volar en aviones lejos del suelo patrio para depositarlos en arcas con hedor a corrupción y podredumbre, a promesas vanas y a mentiras cantadas como himno patrio.
No quería slogans nuevos, le molestaba el solo hecho de andarlo diciendo todo en verso y cerrar un discurso con el puño en alto vociferando palabras de un asesino serial del pasado oscuro de su querida América Latina. Y es que él nunca había llegado a tragarse el cuento de que aquel médico que mataba gente sin juicio ni reparo moral podía ser admirado por andar de boina y tabaco.
Y es que la revolución que hace mucha bulla es la que algo esconde y, por lo general, suelen ser gritos de angustia, dolor y miedo del pueblo que la sufre en carne propia. En huesos en realidad, porque no hay alimento, y en casos cercanos ni medicinas.
Y pasó la constitución por una cernidera de valores, escogió mejor a la gente que lo rodea, gente honesta que no le mienta, gente de barrio, pies de polvo y manos con callos. Gente que sabe lo que sufre la gente para llegar a fin de mes. Y es que sembrar desarrollo sólo es posible desde quien sabe sembrar, porque el ingeniero puede saber mucho de ciencia pero no sabe sembrar.

Y pasaron 100 días, 500 y llegó a los 1000 de su gobierno y ya casi nadie recordaba su rostro sonriendo, pocas fotos en los diarios y menos horas de TV, el presidente se volvió invisible pero en la calle, la gente caminaba con calma, el miedo había emigrado, la confianza volvió a invertir en suelo patrio y muchos recordaban el nombre del presidente y en silencio le agradecían que se haya vuelto tan invisible.

viernes, 8 de abril de 2016

Ojos de luz

Sus ojos rozaron los míos a metros de distancia y ya no pude volver a ser el mismo. Semillas de vida cayeron en el árido suelo de mis sentimientos y mi sinrazón. Gotas de lluvia de una mirada con alma, de sueños que quieren hacerse realidad; marejadas de luz, ilusiones sin nombre propio todavía, anhelos de saborear la vida sin temor al gusto que nos puedan dejar.

Y no buscaba yo sus ojos, no ansiaba hallarme en su mirada, no sabía que el alma tiene sed de luz y que tan solo los ojos vivos de alguien más la puede saciar.

Y cada día que despierta, esa estrella fugaz que alteró mi universo, me vuelve a llamar: papá.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Soy opositor

Tengo que declararme culpable. Sí. No creo que sea un delito grave pero según los comentarios de quien gobierna mi país actualmente, al parecer soy casi un criminal y merezco insultos y agravios de forma permanente.

Soy opositor al régimen que nos gobierna, crítico de muchas de las prácticas con que gobierna y totalmente opositor al idioma revolucionario sobre el cual divide a la sociedad ecuatoriana entre "pelucones, vendepatria, odiadores, sinvergüenzas, caretucos y un largo etcétera" y los revolucionarios de corazón ardiente y manos limpias.

No logro entender en qué momento, por pensar diferente a la voz oficial del gobierno, me convertí en un criminal de tan baja calaña. Se me hace imposible creer que un gobierno pueda sentar sus bases sobre la división, el odio, los insultos y la descalificación de quien piensa diferente, y a la vez, llamar al diálogo por un Ecuador mejor, para construir una patria nueva.

Soy opositor, sí, pero no he dejado de ser ecuatoriano. No dejaré de serlo y tampoco negociaré mis principios para ser absolvido de mis culpas y ser adoptado entre los hijos de la revolución que nos gobierna.

Claro, hay opositores tan enfermos como el gobernante de turno que destilan odio desde su alambique personal. Sus razones tendrán. Cada quien defiende lo que le mueve a vivir.

Yo solo defiendo mi libertad a pensar diferente, a disentir y expresarme acorde a mis principios y convicciones. Puedo estar equivocado, total no soy perfecto, pero no por ello me siento un cuasi criminal y menos aún creo merecer tanta palabra altisonante lanzada a los 4 vientos por quien gobierna desde el sillón al que llegó con el apoyo de millones de personas que, de seguro, tampoco se sienten representadas en tanto insulto e improperio.

Finalmente, sí, soy opositor. Cuando pago mis afiliaciones al IESS y el de mis empleados, también soy opositor. Cuando creo empleo y lo sostengo en medio de la crisis, sigo siendo opositor. Al buscar el mecanismo más adecuado para invertir en mi país y evitar sacar mi dinero, poco o mucho, a Panamá, Bélgica u otro destino, lo hago como opositor, porque sigo creyendo en el futuro de la patria que quiero heredarles a mis hijos.

Cuando, en lugar de ir por tierra a países vecinos, de compras, para ahorrarme unos cuantos impuestos, de los que también me quejo, y compro acá, lo hago como ecuatoriano opositor. Y vaya que conozco a muchos comulgantes del gobierno que aplauden los discursos pero salen de compras fuera del país.

Podrán decir que además de opositor soy pendejo, yo prefiero seguir creyendo en arrimar el hombro cuando más falta hace y no en salir corriendo como rata o volando como buitre después de haberme servido de la época de bonanza que este gobierno no supo administrar con previsión y madurez.

Mañana, cuando vayas a inaugurar una obra emblemática recuerda que cuando pago mis impuestos, fruto de mi trabajo, esfuerzo, sacrificios y valentía para seguirle apostando al país, lo hago como opositor. Y mis impuesto al igual que los de millones de opositores, construyeron ese proyecto o pagarán la deuda con que se realizó. Ese al que insultas mientras inauguras la obra, ese al que menosprecias mientras te sirves un banquete en Carondelet, ese soy yo.

Con cariño opositor.

Guido.

miércoles, 2 de marzo de 2016

El viaje de Sebas...

Qué bueno era poder dormir hasta 5 minutos antes de emprender un viaje de 15.000 km y saber qué llegarás 4 minutos antes a la reunión, allá, del otro lado del mundo.
Aún así, Sebas sabía que su juego de luchar contra el tiempo y el despertador, en algún momento, le costarían una fuerte suma como multa por llegar tarde. ¿Excusas? no se aceptaban. Y como no descubriera una forma de doblar el tiempo, al estilo Einstein, y usar un agujero de gusano para viajar en el tiempo, pues...

Todavía recordaba los viejos aeropuertos, esas moles de acero y aluminio surcando el firmamento a velocidades “increíbles”, no podía olvidar que cada vez que iba a subir a un Airbus encendía su viejo LED, unas horas antes, para ver esos accidentes aviatorios explicados al detalle por Discovery y pensar en poder aterrizar un avión en caso de que al piloto se le soltara un cable en el cerebro, aún cuando no había querido aprender a manejar ni la bicicleta, por temor al vértigo.

Y se vuelve a reír mientras su vestimenta de nanofibras se encarga de la ducha tempranera. Cuánto añoraba el agua tibia en la ducha, agua, ese tesoro que ya casi nadie poseía en cantidades libres.

Antes de presionar el botón de “viaje programado” repasa sus líneas en inglés, japonés, chino y aurobio, ese loco idioma usado por los empresarios para explicar sus conceptos de mercado. Total, el implante del administrador de multilenguaje no le había salido tan caro. 

Sonríe al recordar que la planta productora de ellos y la patente UNIVERSAL le pertenecía. Había que lidiar con los “inventores de bajo presupuesto” que desarmaban los equipos de alta tecnología y luego les hacían réplicas “exactas” con materiales 100 veces mas baratos, pero inigualablemente menos durables.

Ja! Una cosa era comprar un iMind a mitad de precio de un productor “independiente”, otra meterte un chip en el cerebro que tenía residuos de plomo y cobre, había que estar loco… 

RAYOS! T-2m. Toma su comunicador móvil, la tarjeta de acceso y los coloca en el área de carga del transportador UNIV02.
Ajusta su respiración a la recomendada por el impulsador de partículas y, listo, a comer kilómetros a la velocidad de la luz.

Una vez más, a tiempo y sin tener que hacer escala en ningún sitio.

martes, 2 de febrero de 2016

En época de crisis, ¿se debe cerrar la llave?

Crisis, alto endeudamiento, incapacidad de pago, iliquidez... llámele como quiera, pero en la calle la gente sabe que Ecuador es un país en crisis, que el gobernante de turno no sepa de economía es otra historia y que le guste maquillar cifras es cuestión de photoshop socialista.

No ahondemos en la  crisis que no es crisis, pensemos en la irresponsabilidad del actual mandatario en 3 campos:

1. Endeudamiento.

Con un valor de deuda externa e interna que se acerca al límite constitucional permisible, al siguiente mandatario se le vendrá la época de vacas muertas, porque el actual mandatario está vendiendo el pellejo de las vacas flacas para sostener su sistema clientelista de desarrollo socialista. Modelo en el cual, como en Cuba, sólo viven bien los que ganan bien y cantan en la tarima del poder. El pueblo conoce al hambre tanto que a diario la invita a cenar...

El economista, debió frenar la deuda interna con los proveedores impagos dejando de contratar obras nuevas y dando liquidez y agilidad a las obras en proceso. Total, son nuestros impuestos los que generan progreso en el país, no la revolución ciudadana.

¿Quién tiene más derecho a cobrar por su trabajo sino aquel que ha cumplido con sus obligaciones tributarias, laborales, contractuales? Que no te paguen por tu trabajo efectuado bajo cumplimiento de obligaciones es estafa y que te pidan paciencia luego de la abundancia de recursos es desvergüenza total.

La deuda externa, bajo pre contratación petrolera en época de barriles flacos y a pérdida, es una jugada de ajedrez demasiado peligrosa, entregar a tu reina para liquidar a un peón en terreno del rey contrario y sin hacer ni siquiera Jaque.

Queda claro entonces porqué al brillante economista coleccionista de Honoris Causa sólo se le ocurre empeñar la tarjeta de crédito cuando se queda sin trabajo en lugar de recortar gastos, ahorrar en lujos, dejar de desperdiciar recursos en fin. Brillante, claro, digno de otro Honoris Causa o dos o tres, ya puestos en ello.

Rafael Vicente, deja de contratar obras y deuda, limítate a administrar las obras previamente contratadas y que debes cancelar a tiempo. Para eso también te pagamos el sueldo que no devengas.

2. Empleo

Si contratas personal para que trabaje en una empresa y esos empleados no tienen nada que hacer, con toda seguridad la empresa quebrará o, al menos, perderá competitividad en el mercado, declarará pérdidas económicas y elevará los costos de producción y venta.

¿Qué sentido tenía engordar el aparato estatal con personas de las que puedes prescindir de la noche a la mañana sin verte afectado en tu productividad? Claro, nunca has manejado una empresa ni has creado un empleo, lógico que no sepas de qué te hablo, economista de tablero de ajedrez. Porque, para llenar plazas con peones bien pagados, hace falta sólo dinero, ni creatividad necesitas. Empero, cuando la abundancia quiebra y ya no necesitas fuerzas de choque, es fácil prescindir de plebeyos sin peso político, de peones sencillos y sin más aspiración, desde tu posición de rey, que la de llegar a fin de mes a cobrar un sueldo que los ayude a bien vivir.

Está claro, clarísimo, que no necesitabas tanta gente, sólo era una estrategia de campaña, lástima que durara 9 años, demasiado tiempo, incluso, para el mejor gobernante de este lado del hemisferio.

Un apunte adicional, si a cada asambleísta y ministro le limitabas el sueldo a $2.000 jugosos dólares mensuales, habrías sostenido, por cada uno a, al menos, 3 personas con sueldos de $800. Bien valía que aplicaran algo de socialismo y solidaridad revolucionaria con quienes hasta ayer comulgaban con tus sabatinas y hoy, sin trabajo, ya no te sonríen ni aplauden. Multiplica esos números, no es tan difícil.

Y es que la adulación pagada brilla tanto como el oro, pero al primer raspón se muestra negra y tibia.

3. Productividad y oportunidades

El sistema económico en que vivimos no es el mejor, claro está, ni es el más justo, claro también. Pero, al menos, nos permite cierta libertad de acción, de emprendimiento y de desarrollo personal y empresarial. Que unos pocos abunden en riqueza y una inmensa mayoría se ahogue en la pobreza es cuestión de leyes. Esas leyes que se dictan desde Carondelet y que no han cambiado casi nada la realidad del país.

Mientras una ley limita la participación de los empleados en las utilidades de la empresa en que laboran, no hay ley que limite el gasto en super sueldos de ministros, asambleístas, secretarios, subsecretarios, pro secretarios, requetesecretarios y así, una larga fila de nombres y números.

Habiendo utilizado algo más de 200.000 millones de dólares en tu gobierno, sería genial conocer, cuánto se invirtió en producción y creación de multiempresas solidarias donde el pueblo que amanece a las 5:00 al campo y se acuesta a las 19:00 bajo el frío del páramo y la pobreza, ya no es empleado sino empresario, ya no es peón sino socio accionista, ya no se debe al intermediario que lo explota sino que comercia directamente en los mercados con sus conciudadanos de terno y corbata.

Sostener a 2 millones de personas bajo un bono sin oportunidades de nueva vida no es progreso ni solidaridad, ni revolución ni socialismo antipelucón. A eso se le llama pobreza.

Y de corrupción no hablaremos por ahora, ya bastante me duele la úlcera.

Un Ecuatoriano Inconforme.

lunes, 18 de enero de 2016

El necio que no quiso rectificar...

Ecuador va cerrando una década marcada por la polarización, el enfrentamiento y los insultos de cada sábado. Una década en la que la clase política desapareció del mapa, incapaz de hacer frente al vendaval de la revolución de Correa. revolución que inundó todos los medios, y por todos los medios posibles, la vida, el pensamiento, la economía, el lenguaje, la cultura, las redes sociales y todo aquello que tiene con ver con el día a día de la vida de los ecuatorianos y ecuatorianas.
La abundancia de recursos financieros provenientes del petróleo y sus años de dorado esplendor junto con la enorme deuda pública contratada por varios mecanismos y a costos de intereses demasiado altos, según muchos especialistas y analistas, crearon el marco perfecto para pintar un cuadro impresionista de la otrora "banana republic" que daba paso a una sociedad capaz de ser el jaguar de latinoamérica, la punta del iceberg del crecimiento económico, la punta de lanza de un proyecto revolucionario capaz de darle vida digna a todas y todos... Pero el cuadro terminó siendo una maltrecha obra de garabatos sin concierto que nadie quiso comprar, que pocos comprenden y que casi nadie quiere llevar a cuestas, porque pesa mucho, se entiende menos y vale muy poco... Una burbuja de jabón.

"Ahorramos gastando e invirtiendo", dice el economista, pero lo que no dice, quizá porque no sabe la respuesta, es el cómo vamos a encarar los siguientes 5 años de la historia económica de Ecuador.

Justo ahora que la crisis golpea a todo aquel que ha invertido en su país, que cree en el futuro de su patria, que sueña con dejarle una herencia de tranquilidad a sus hijas e hijos, justo ahora, las vacas flacas vienen a golpear a la puerta y nos encuentran sin reservas ni ahorros. 
Y sin embargo, el gobierno, en lugar de reconocer el absurdo error de no ahorrar en medio de la bonanza y aplicar políticas firmes de ahorro, sigue generando deuda con obras mal planificadas, sin financiamiento serio y negociando con nuestras materias primas a precios irrisorios y, como sucede con el petróleo, nos cuesta más venderlo que dejarlo enterrado. 
Y en los interminables discursos de los sábados la cantaleta sigue siendo la misma: somos los buenos y somos más, los pesimistas son los malos y no saben nada, son menos y no hay que escucharlos. los opositores son los culpables de la crisis económica de la patria porque apoyaron el feriado bancario del año 2000, porque fueron parte de esos gobiernos nefastos, porque se vendieron a la derecha internacional y a sus oscuros intereses... 
Pero, me pregunto, cansado de escuchar el mismo sonsonete discursivo, ¿acaso esa partidocracia vendida, la oposición mediocre, los ambientalistas infantiles, los inconformes con todo, han gobernado estos últimos 9 años el país? ¿Acaso ellos contrataron las innumerables obras que hoy están paradas, con pagos pendientes, con dudosa calidad de materiales, con presupuestos que sobrepasan los originales siempre, obras que no tenían estudios serios, adecuados, técnicos?  ¿Acaso ese grupito de mediocres vendepatria contrataron la deuda con China que ahora no sabremos pagar pues el barril de crudo se está valorando en $4 menos de lo que nos cuesta extraerlo? ¿Acaso ellos contrataron con sobreprecio las ambulancias, los helicópteros caídos, los radares que nunca llegaron? ¿Será que la oposición y los inconformes, como yo, son quienes cobraron coimas millonarias en nombre del actual gobierno por obras deportivas o por un sistema de agua que, en 9 años, no han podido construir?

"El pasado no volverá" grita flexionando la voz para ridiculizar a esos que nunca han ganado elecciones. Esos a quienes ha derrotado tantas veces como Honoris Causa ha recibido.Y es que él es un campeón en la arena del yoísmo, la parafernalia verbal, los sincronismos imaginativos, las revoluciones de papel, los secuestros lacrimógenos...

Y el gobierno de Correa se irá, se irán las fiestas revolucionarias y las plazas llenas, los buses repletos, las banderas verdes, su sonrisa burlona, sus desplantes petroleros, los supersueldos y las mayorías aplastantes. Se irá inaugurando obras por doquier durante el año electoral en ciernes, obras que el gobierno que viene tendrá que pagar.

Y la única herencia que nos dejarán es una economía en cenizas, una patria dividida y deudas, muchas deudas, que los 15 millones de ecuatorianos deberemos pagar.

La quemadura de piel de la larga mañana revolucionaria nos va a arder.