martes, 2 de febrero de 2016
En época de crisis, ¿se debe cerrar la llave?
No ahondemos en la crisis que no es crisis, pensemos en la irresponsabilidad del actual mandatario en 3 campos:
1. Endeudamiento.
Con un valor de deuda externa e interna que se acerca al límite constitucional permisible, al siguiente mandatario se le vendrá la época de vacas muertas, porque el actual mandatario está vendiendo el pellejo de las vacas flacas para sostener su sistema clientelista de desarrollo socialista. Modelo en el cual, como en Cuba, sólo viven bien los que ganan bien y cantan en la tarima del poder. El pueblo conoce al hambre tanto que a diario la invita a cenar...
El economista, debió frenar la deuda interna con los proveedores impagos dejando de contratar obras nuevas y dando liquidez y agilidad a las obras en proceso. Total, son nuestros impuestos los que generan progreso en el país, no la revolución ciudadana.
¿Quién tiene más derecho a cobrar por su trabajo sino aquel que ha cumplido con sus obligaciones tributarias, laborales, contractuales? Que no te paguen por tu trabajo efectuado bajo cumplimiento de obligaciones es estafa y que te pidan paciencia luego de la abundancia de recursos es desvergüenza total.
La deuda externa, bajo pre contratación petrolera en época de barriles flacos y a pérdida, es una jugada de ajedrez demasiado peligrosa, entregar a tu reina para liquidar a un peón en terreno del rey contrario y sin hacer ni siquiera Jaque.
Queda claro entonces porqué al brillante economista coleccionista de Honoris Causa sólo se le ocurre empeñar la tarjeta de crédito cuando se queda sin trabajo en lugar de recortar gastos, ahorrar en lujos, dejar de desperdiciar recursos en fin. Brillante, claro, digno de otro Honoris Causa o dos o tres, ya puestos en ello.
Rafael Vicente, deja de contratar obras y deuda, limítate a administrar las obras previamente contratadas y que debes cancelar a tiempo. Para eso también te pagamos el sueldo que no devengas.
2. Empleo
Si contratas personal para que trabaje en una empresa y esos empleados no tienen nada que hacer, con toda seguridad la empresa quebrará o, al menos, perderá competitividad en el mercado, declarará pérdidas económicas y elevará los costos de producción y venta.
¿Qué sentido tenía engordar el aparato estatal con personas de las que puedes prescindir de la noche a la mañana sin verte afectado en tu productividad? Claro, nunca has manejado una empresa ni has creado un empleo, lógico que no sepas de qué te hablo, economista de tablero de ajedrez. Porque, para llenar plazas con peones bien pagados, hace falta sólo dinero, ni creatividad necesitas. Empero, cuando la abundancia quiebra y ya no necesitas fuerzas de choque, es fácil prescindir de plebeyos sin peso político, de peones sencillos y sin más aspiración, desde tu posición de rey, que la de llegar a fin de mes a cobrar un sueldo que los ayude a bien vivir.
Está claro, clarísimo, que no necesitabas tanta gente, sólo era una estrategia de campaña, lástima que durara 9 años, demasiado tiempo, incluso, para el mejor gobernante de este lado del hemisferio.
Un apunte adicional, si a cada asambleísta y ministro le limitabas el sueldo a $2.000 jugosos dólares mensuales, habrías sostenido, por cada uno a, al menos, 3 personas con sueldos de $800. Bien valía que aplicaran algo de socialismo y solidaridad revolucionaria con quienes hasta ayer comulgaban con tus sabatinas y hoy, sin trabajo, ya no te sonríen ni aplauden. Multiplica esos números, no es tan difícil.
Y es que la adulación pagada brilla tanto como el oro, pero al primer raspón se muestra negra y tibia.
3. Productividad y oportunidades
El sistema económico en que vivimos no es el mejor, claro está, ni es el más justo, claro también. Pero, al menos, nos permite cierta libertad de acción, de emprendimiento y de desarrollo personal y empresarial. Que unos pocos abunden en riqueza y una inmensa mayoría se ahogue en la pobreza es cuestión de leyes. Esas leyes que se dictan desde Carondelet y que no han cambiado casi nada la realidad del país.
Mientras una ley limita la participación de los empleados en las utilidades de la empresa en que laboran, no hay ley que limite el gasto en super sueldos de ministros, asambleístas, secretarios, subsecretarios, pro secretarios, requetesecretarios y así, una larga fila de nombres y números.
Habiendo utilizado algo más de 200.000 millones de dólares en tu gobierno, sería genial conocer, cuánto se invirtió en producción y creación de multiempresas solidarias donde el pueblo que amanece a las 5:00 al campo y se acuesta a las 19:00 bajo el frío del páramo y la pobreza, ya no es empleado sino empresario, ya no es peón sino socio accionista, ya no se debe al intermediario que lo explota sino que comercia directamente en los mercados con sus conciudadanos de terno y corbata.
Sostener a 2 millones de personas bajo un bono sin oportunidades de nueva vida no es progreso ni solidaridad, ni revolución ni socialismo antipelucón. A eso se le llama pobreza.
Y de corrupción no hablaremos por ahora, ya bastante me duele la úlcera.
Un Ecuatoriano Inconforme.
lunes, 18 de enero de 2016
El necio que no quiso rectificar...
La abundancia de recursos financieros provenientes del petróleo y sus años de dorado esplendor junto con la enorme deuda pública contratada por varios mecanismos y a costos de intereses demasiado altos, según muchos especialistas y analistas, crearon el marco perfecto para pintar un cuadro impresionista de la otrora "banana republic" que daba paso a una sociedad capaz de ser el jaguar de latinoamérica, la punta del iceberg del crecimiento económico, la punta de lanza de un proyecto revolucionario capaz de darle vida digna a todas y todos... Pero el cuadro terminó siendo una maltrecha obra de garabatos sin concierto que nadie quiso comprar, que pocos comprenden y que casi nadie quiere llevar a cuestas, porque pesa mucho, se entiende menos y vale muy poco... Una burbuja de jabón.
"Ahorramos gastando e invirtiendo", dice el economista, pero lo que no dice, quizá porque no sabe la respuesta, es el cómo vamos a encarar los siguientes 5 años de la historia económica de Ecuador.
Justo ahora que la crisis golpea a todo aquel que ha invertido en su país, que cree en el futuro de su patria, que sueña con dejarle una herencia de tranquilidad a sus hijas e hijos, justo ahora, las vacas flacas vienen a golpear a la puerta y nos encuentran sin reservas ni ahorros.
Y sin embargo, el gobierno, en lugar de reconocer el absurdo error de no ahorrar en medio de la bonanza y aplicar políticas firmes de ahorro, sigue generando deuda con obras mal planificadas, sin financiamiento serio y negociando con nuestras materias primas a precios irrisorios y, como sucede con el petróleo, nos cuesta más venderlo que dejarlo enterrado.
Y en los interminables discursos de los sábados la cantaleta sigue siendo la misma: somos los buenos y somos más, los pesimistas son los malos y no saben nada, son menos y no hay que escucharlos. los opositores son los culpables de la crisis económica de la patria porque apoyaron el feriado bancario del año 2000, porque fueron parte de esos gobiernos nefastos, porque se vendieron a la derecha internacional y a sus oscuros intereses...
Pero, me pregunto, cansado de escuchar el mismo sonsonete discursivo, ¿acaso esa partidocracia vendida, la oposición mediocre, los ambientalistas infantiles, los inconformes con todo, han gobernado estos últimos 9 años el país? ¿Acaso ellos contrataron las innumerables obras que hoy están paradas, con pagos pendientes, con dudosa calidad de materiales, con presupuestos que sobrepasan los originales siempre, obras que no tenían estudios serios, adecuados, técnicos? ¿Acaso ese grupito de mediocres vendepatria contrataron la deuda con China que ahora no sabremos pagar pues el barril de crudo se está valorando en $4 menos de lo que nos cuesta extraerlo? ¿Acaso ellos contrataron con sobreprecio las ambulancias, los helicópteros caídos, los radares que nunca llegaron? ¿Será que la oposición y los inconformes, como yo, son quienes cobraron coimas millonarias en nombre del actual gobierno por obras deportivas o por un sistema de agua que, en 9 años, no han podido construir?
"El pasado no volverá" grita flexionando la voz para ridiculizar a esos que nunca han ganado elecciones. Esos a quienes ha derrotado tantas veces como Honoris Causa ha recibido.Y es que él es un campeón en la arena del yoísmo, la parafernalia verbal, los sincronismos imaginativos, las revoluciones de papel, los secuestros lacrimógenos...
Y el gobierno de Correa se irá, se irán las fiestas revolucionarias y las plazas llenas, los buses repletos, las banderas verdes, su sonrisa burlona, sus desplantes petroleros, los supersueldos y las mayorías aplastantes. Se irá inaugurando obras por doquier durante el año electoral en ciernes, obras que el gobierno que viene tendrá que pagar.
Y la única herencia que nos dejarán es una economía en cenizas, una patria dividida y deudas, muchas deudas, que los 15 millones de ecuatorianos deberemos pagar.
La quemadura de piel de la larga mañana revolucionaria nos va a arder.
jueves, 31 de diciembre de 2015
Un poquito de paciencia...
Ante el reclamo airado de una dama de 70 y piquito por tanta espera, el guardia apela a un artículo de la constitución y la amenaza con sanciones y cárcel... Sale un caballero de 50 y algo a defender a la dama y el guardia, ante la inquisidora (asesina) mirada de casi 30 personas sólo alcanza a decir: "un poquito de paciencia, por favor..."
A tres ciudades de distancia, una fila de personas, dinero en mano, intenta tranzar con el fruto de su trabajo o el de un tercero, cubrir un pago urgente o el mínimo de una tarjeta en rojo, mientras la impávida cajera trabaja al ritmo que sus manos y su chuchaqui cerebro logran procesar los montones de billetes que, para ella, nada significan, sino sólo papel, sucio y machado, papel con tinta y nada más. Para romper el paisaje, un guardia bancario anuncia del peligro de "hacer caso" a paquetes, fundas, bolsos y demás bultos sospechosos dentro de la agencia o fuera de ella, no vaya a ser que se quede sin su dinero por soñar con la riqueza instantánea que a Midas enloqueció. Y cuando agradecen el aviso, tímidas voces reclaman celeridad, y el fornido guardia, contesta con un mágico: "un poquito de paciencia, por favor..."
Por aquí y por allá, un ingeniero en sistemas retuerce su cerebro intentando mejorar la experiencia de molestos clientes de operadoras telefónicas que acusan problemas en sus líneas, en el uso de sus megas, en el envío de tuits y posts de facebook y unas cuantas redes sociales más, a las que el ingeniero odia con su sudorosa alma... Y en el otro lado de la pantalla multicolor, unas letras apaciguadoras contestan con mensajes esperanzadores de soluciones inmediatas, pero siempre terminan con "un poquito de paciencia, por favor..."
Ya mismo termino, "un poquito de paciencia, por favor...", y el cliché jode porque, aunque brinda esperanza de solución, no logra nada real. Apela a la capacidad de soportar el sufrimiento que las mujeres y los hombres deben tener en esta sociedad de automatismos y apuros, de inmediatismo y celeridad. Y apela, por otro lado, a la incapacidad del que pide paciencia para solucionar el inconveniente, problema, molestia, porque no está en sus manos, porque no sabe cómo o, porque depende de terceros para ser más eficiente o menos lerdo, como lo quieran ver.
El incapaz pide paciencia, siempre, porque no sabe hacer nada más. Porque no puede solucionar el problema,
Nos gobierna un incapaz (?).
sábado, 14 de noviembre de 2015
La ciudad está enferma...
viernes, 2 de octubre de 2015
La ética del servidor público y sus formas de sanción ciudadana
viernes, 4 de septiembre de 2015
Alan Kurdi
miércoles, 5 de agosto de 2015
El amor es pasajero
El más profundo "te amo" pronunciado en un abrazo orgásmico, en medio de los gemidos y el deseo saciado, no dura más de un segundo, no dura más que un gemido.
Y, sin embargo, la piel sigue vibrando más allá del orgasmo, la voz sigue sonando mucho después del silencio cómplice de un beso mordido en deseo; las manos acarician y queman incluso por encima de la ropa que nos hace adivinar cuánto quema el deseo que se esconde a flor de piel.
Y es que el amor no se apaga cuando la piel sí. El amor no calla cuando la voz le da paso al silencio que acompaña y vibra con cada mirada cómplice.
El amor dura mucho más que el orgasmo más largo que puedas sentir y, sin embargo, es pasajero y casi fugaz.
Porque con cada segundo que vuela y transforma el universo, nuestra vida misma cambia de forma radical. Porque al empezar a leer estas letras eras alguien que ha cambiado y ahora eres una realidad distinta a la de ayer.
Así vivimos, así disfrutamos del sexo y el placer, así nos transformamos sin dejar de ser quienes somos, así mejoramos y evolucionamos. Pero, ¿amamos así?
Soñamos con un te amo eterno, buscamos promesas irrompibles, queremos que el otro no cambie y siga siendo la fuente de nuestro amor eterno. Y el otro cambia, cambia su cuerpo, cambia su sexo, cambian sus sueños, cambian sus ganas.
Somos seres pasajeros con ansias de eternidad, somos la suma de días que vienen y van, que nos siembran la sed de nunca envejecer, somos un retrato escondido en un rincón que se arruga a diario y nos permite sonreír sin sentir el tiempo pasar...
El tiempo, inclemente, vuela sin pausa ni prisa, sin vacíos ni agujeros negros que nos roben lo vivido. El tiempo nos vive y nosotros somos pasajeros de este viaje universal.
El amor no es eterno, no dura para siempre, no se promete una vez y para siempre. El amor no es un proyecto acabado que se sella en la cama entre gemidos y placer.
El amor es pasajero, cambia a diario, fluye constantemente, como el tiempo y con él. El amor y el tiempo nos llevan de viaje y nos cambian el paisaje cada vez. Algunos días fulgura el sol y lo ilumina todo y otros, se llena de nubes el horizonte y la temperatura baja y llueve y nos sentimos perdidos buscando, congelados, arder.
Ante esos cambios radicales del clima, algunos deciden partir, olvidar que ayer brillaba el sol y buscar un nuevo paraíso donde arda siempre el sol. Pero olvidan que siempre vendrá el tiempo de lluvia, la noche cerrada, la madrugada fría, la cama sin fuego ni ganas. Olvidan, aún, que allí donde el sol jamás se apaga, todo muere, se seca, se silencia, se llena de polvo y nada fluye, de verdad.
No, el amor no se ha devaluado, hemos devaluado nuestra capacidad de amar. Hemos olvidado que somos pasajeros de un viaje estelar, somos polvo de estrellas llamados a brillar. Somos polvo de un sol extinguido que sigue vibrando cuando se le acerca el fuego del amor.
Debemos dejarnos quemar y ser rescoldo ardiente, silencioso y paciente cuando la ceniza nos cubre hasta que, quien nos ama, nos vuelva a despertar. El amor no se apaga, se enfría sí, pero se debe avivar.
Cada "te amo" dura un gemido y un viaje vital completo.
El amor es pasajero y está bien.