jueves, 31 de diciembre de 2015
Un poquito de paciencia...
Ante el reclamo airado de una dama de 70 y piquito por tanta espera, el guardia apela a un artículo de la constitución y la amenaza con sanciones y cárcel... Sale un caballero de 50 y algo a defender a la dama y el guardia, ante la inquisidora (asesina) mirada de casi 30 personas sólo alcanza a decir: "un poquito de paciencia, por favor..."
A tres ciudades de distancia, una fila de personas, dinero en mano, intenta tranzar con el fruto de su trabajo o el de un tercero, cubrir un pago urgente o el mínimo de una tarjeta en rojo, mientras la impávida cajera trabaja al ritmo que sus manos y su chuchaqui cerebro logran procesar los montones de billetes que, para ella, nada significan, sino sólo papel, sucio y machado, papel con tinta y nada más. Para romper el paisaje, un guardia bancario anuncia del peligro de "hacer caso" a paquetes, fundas, bolsos y demás bultos sospechosos dentro de la agencia o fuera de ella, no vaya a ser que se quede sin su dinero por soñar con la riqueza instantánea que a Midas enloqueció. Y cuando agradecen el aviso, tímidas voces reclaman celeridad, y el fornido guardia, contesta con un mágico: "un poquito de paciencia, por favor..."
Por aquí y por allá, un ingeniero en sistemas retuerce su cerebro intentando mejorar la experiencia de molestos clientes de operadoras telefónicas que acusan problemas en sus líneas, en el uso de sus megas, en el envío de tuits y posts de facebook y unas cuantas redes sociales más, a las que el ingeniero odia con su sudorosa alma... Y en el otro lado de la pantalla multicolor, unas letras apaciguadoras contestan con mensajes esperanzadores de soluciones inmediatas, pero siempre terminan con "un poquito de paciencia, por favor..."
Ya mismo termino, "un poquito de paciencia, por favor...", y el cliché jode porque, aunque brinda esperanza de solución, no logra nada real. Apela a la capacidad de soportar el sufrimiento que las mujeres y los hombres deben tener en esta sociedad de automatismos y apuros, de inmediatismo y celeridad. Y apela, por otro lado, a la incapacidad del que pide paciencia para solucionar el inconveniente, problema, molestia, porque no está en sus manos, porque no sabe cómo o, porque depende de terceros para ser más eficiente o menos lerdo, como lo quieran ver.
El incapaz pide paciencia, siempre, porque no sabe hacer nada más. Porque no puede solucionar el problema,
Nos gobierna un incapaz (?).
sábado, 14 de noviembre de 2015
La ciudad está enferma...
viernes, 2 de octubre de 2015
La ética del servidor público y sus formas de sanción ciudadana
viernes, 4 de septiembre de 2015
Alan Kurdi
miércoles, 5 de agosto de 2015
El amor es pasajero
El más profundo "te amo" pronunciado en un abrazo orgásmico, en medio de los gemidos y el deseo saciado, no dura más de un segundo, no dura más que un gemido.
Y, sin embargo, la piel sigue vibrando más allá del orgasmo, la voz sigue sonando mucho después del silencio cómplice de un beso mordido en deseo; las manos acarician y queman incluso por encima de la ropa que nos hace adivinar cuánto quema el deseo que se esconde a flor de piel.
Y es que el amor no se apaga cuando la piel sí. El amor no calla cuando la voz le da paso al silencio que acompaña y vibra con cada mirada cómplice.
El amor dura mucho más que el orgasmo más largo que puedas sentir y, sin embargo, es pasajero y casi fugaz.
Porque con cada segundo que vuela y transforma el universo, nuestra vida misma cambia de forma radical. Porque al empezar a leer estas letras eras alguien que ha cambiado y ahora eres una realidad distinta a la de ayer.
Así vivimos, así disfrutamos del sexo y el placer, así nos transformamos sin dejar de ser quienes somos, así mejoramos y evolucionamos. Pero, ¿amamos así?
Soñamos con un te amo eterno, buscamos promesas irrompibles, queremos que el otro no cambie y siga siendo la fuente de nuestro amor eterno. Y el otro cambia, cambia su cuerpo, cambia su sexo, cambian sus sueños, cambian sus ganas.
Somos seres pasajeros con ansias de eternidad, somos la suma de días que vienen y van, que nos siembran la sed de nunca envejecer, somos un retrato escondido en un rincón que se arruga a diario y nos permite sonreír sin sentir el tiempo pasar...
El tiempo, inclemente, vuela sin pausa ni prisa, sin vacíos ni agujeros negros que nos roben lo vivido. El tiempo nos vive y nosotros somos pasajeros de este viaje universal.
El amor no es eterno, no dura para siempre, no se promete una vez y para siempre. El amor no es un proyecto acabado que se sella en la cama entre gemidos y placer.
El amor es pasajero, cambia a diario, fluye constantemente, como el tiempo y con él. El amor y el tiempo nos llevan de viaje y nos cambian el paisaje cada vez. Algunos días fulgura el sol y lo ilumina todo y otros, se llena de nubes el horizonte y la temperatura baja y llueve y nos sentimos perdidos buscando, congelados, arder.
Ante esos cambios radicales del clima, algunos deciden partir, olvidar que ayer brillaba el sol y buscar un nuevo paraíso donde arda siempre el sol. Pero olvidan que siempre vendrá el tiempo de lluvia, la noche cerrada, la madrugada fría, la cama sin fuego ni ganas. Olvidan, aún, que allí donde el sol jamás se apaga, todo muere, se seca, se silencia, se llena de polvo y nada fluye, de verdad.
No, el amor no se ha devaluado, hemos devaluado nuestra capacidad de amar. Hemos olvidado que somos pasajeros de un viaje estelar, somos polvo de estrellas llamados a brillar. Somos polvo de un sol extinguido que sigue vibrando cuando se le acerca el fuego del amor.
Debemos dejarnos quemar y ser rescoldo ardiente, silencioso y paciente cuando la ceniza nos cubre hasta que, quien nos ama, nos vuelva a despertar. El amor no se apaga, se enfría sí, pero se debe avivar.
Cada "te amo" dura un gemido y un viaje vital completo.
El amor es pasajero y está bien.
miércoles, 15 de julio de 2015
Verso, no es verso...
Y no, verte sonreír no es un verso, es poema y es canción.
Y es que, con tanto que me dices al reír, un verso es demasiado corto para ti.
Me dices que estás cansada pero eres capaz de olvidar las cargas y sonreír.
Y cuando llegan las cuentas, y la vida se pone tensa, me recuerdas que cuentas conmigo y me es suficiente para volver a sonreír.
Y no es verso la vida, ni es poema ni es canción. Es una batalla rara, donde nadie es ganador. Porque, aunque venza un par de veces, siempre hay cimas que alcanzar y siempre hay simas que probar.
Y sonríes y hay sol de nuevo, y me siento invencible, otra vez. Y así cuento el tiempo, entre la sonrisa que me das cada mañana y se vuelve mi sol, y la que me regalas al ponerse el sol y regresar a casa a recargar el alma, conectada a ti.
No eres verso, ni poema ni canción,
eres luz, fuego y cielo.
Bendición.
domingo, 5 de julio de 2015
Dios es ateo
Cuando era niño y no entendía algo de la Biblia, mi padre me explicaba ciertos pasajes y otros quedaban enmarcados con una incógnita gigante.
Israel, para llegar a tener un pedazo de tierra, enfrentó muchas guerras tribales y vivió rodeado de violencia. Pasó por varios períodos de esclavitud, incluso en la época de Jesús.
La Biblia, quienes la escribieron, lo hicieron desde una perspectiva humana bastante básica, con un lenguaje limitado y con muchos errores e idealizaciones sin demasiado fundamento.
Cuando llegó Jesús, en lugar de intentar escribir una Biblia corregida prefirió mostrar, en sus actos, el plan de Dios para con cada ser humano: amar, amar y ama como respuesta a toda necesidad humana. Mostró que se puede prescindir de todo, en nombre del amor verdadero, incluso de la vida misma.
Y los conceptos humanos volvieron a hacer de la suyas con la imagen de ese Jesús de carne y hueso, de espíritu y vida. Del líder que alimenta a muchos con poca comida, del hombre que es capaz de hacer el bien incluso cuando la ley lo prohíbe. Del ser humano capaz de volverse divino en cuanto busca a su creador y a Él se asemeja.
Jesús es el hijo de Dios, pero qué poco creía en el dios de la ley escrita y tan contradictoria.
Si Él volviera y visitara cada templo donde se adora a Dios, de la religión o culto que fuera; en lugar de leer en ella la Palabra, tomaría un par de látigos y sacaría de la casa de su Padre a tanto mercader de la fe de la gente que busca a Dios y NO lo encuentra.
Porque las contradicciones son profundas, porque dios no es Dios y el pastor no es Jesús, ni un testigo suyo, ni una imagen de su liderazgo espiritual. Y es que el mensajero no es nada importante comparado con el mensaje, porque la Buena Nueva sigue estando vigente y sigue estando encerrada entre páginas que nadie lee ni defiende, entre discursos que hablan de dios y no lo muestran.
Dios sigue siendo ateo, no cree en esos dioses que nos fabricamos a conveniencia. Jesús sigue siendo verdad y vida.
Y tú, ¿eres cristiano de los que busca al Dios verdadero como Jesús hacia? O eres de los creyentes que busca a un dios, que de tanto desgaste prefirió volverse ateo.
viernes, 3 de julio de 2015
Innovar para crecer. El municipio que debemos construir...
¿Se puede innovar la ciudad?
Para comprender la idea de "innovación" les propongo pensar en las diferencias entre el smartphone original: el Blackberry, que muchos habremos usado alguna vez y las múltiples opciones que ahora hay en el mercado bajo marcas diversas. El equipo o smartphone es la institución. Mientras más opciones de navegabilidad, memoria, teclas de acceso rápido, atajos y personalizaciones sea capaz de facilitar el equipo, más adquirido y deseado es, incluso sin importar la edad de quien lo compra y lo va a usar.
Si el municipio piensa al estilo TIC y se convierte en una múltiple plataforma de servicios a la ciudadanía que se puede personalizar y atiende a los requerimientos PERSONALES del cliente, y más amigable es en su software (burocracia), más eficaz y eficiente resultará, incluso sin mirar demasiado el costo del mismo.
Hace 8 años casi nadie habría pensado en usar todo el equipo como una pantalla táctil, dejar de depender del teclado y crear miles de Apps para el juego, el trabajo, la cocina, el pago de servicios financieros, la interacción social, etc. Bueno, al menos Blackberry no lo hizo y ya todos sabemos el final de esa historia.
La innovación es un proceso permanente y surge de la necesidad de no perder mercado, de ganarlo, de ser eficiente y eficaz, de ser útil y valioso. ¿Está listo el municipio para entrar en esta batalla titánica?
El alcalde podría usar los comentarios de facebook, twitter, instagram, etc., para conocer las opiniones de sus conciudadanos, y facilitar la solución de pequeños problemas ciudadanos en cuestión de horas, en lugar de tomar días, semanas, meses, años... él solo no podrá hacerlo, para ello cuenta, DEBE HACERLO, con un equipo de trabajo municipal que debe funcionar como un smartphone.
Si una pieza del equipo deja de funcionar ¿se lo reemplaza?, cuando de personas se trata no hace falta, hay que insertarlo en el proceso de innovación y no querrá quedarse solo.
¿La edad un problema? Hay personas de 70 años usando iPhone, no creo que sea una problema.
¿El costo un problema? En cuanto toda la burocracia actualice su sistema operativo y empiece a funcionar a velocidad 3G o 4G, el costo operativo se volverá muy cómodo; el mismo personal ejecutando tareas de manera eficiente y eficaz, atendiendo al cliente con rapidez y amabilidad, sin cobrar más de lo que ya cobran. No es un problema.
¿Cómo que aún no estamos usando las TICs para nuestro beneficio común en la ciudad?
domingo, 10 de mayo de 2015
Mama!!!
Con el tiempo uno va amando aquello que le es más simple pero necesario. Se olvida de los brillos y las trampas de la gloria. Se olvida de ser el primero y se esfuerza por ser el mejor.
Con el tiempo uno vuelve a ser el niño que soluciona todo en el abrazo de su madre.
Con el tiempo uno comprende que el amor que ella nos entrega no se compra ni se vende, no se compara con nada.
Con el tiempo recuerdas que tu madre te pedía muchas cosas pero te enseñaba una sola: ser todo un caballero y así vivir a diario.
Con el tiempo encuentras a una mujer que contigo se vuelve madre y entonces compartes la tarea inmensa de educar a los nuevos héroes verdaderos de mañana.
Gracias madre mía por sembrar en nosotros la semilla de los sueños realizables y de las batallas que no debemos perder por nada.
Dios te bendiga y nos bendiga con tu presencia mucho tiempo más.
lunes, 4 de mayo de 2015
GANAS
Y es que no me falta nada, aunque no me sobre tampoco.
Tengo amor en mayores cantidades que café en las venas, y es bueno. Porque el café se enfría, pero el amor, de verdad, nunca.
Dos padres que han caído tantas veces que ya saben rebotar, que nos enseñaron a luchar, sin temer, con miedo sí, pero sólo para no quedarnos quietos esperando el vendaval.
Tengo una esposa maravillosa que estuvo a punto de renunciar a esta batalla diaria que es querer a alguien que no ha sabido hallarse ni frente al espejo. Un tipo que ha cometido tantos errores y desaciertos que cuando algo le sale bien, enseguida piensa en que todo está mal.
Y la tengo conmigo, recogiendo las toallas que he tirado yo y, poniéndose ella los guantes que, a veces, cuelgo así sin más. Ella me tiene fe y me hace creer en mi mismo, y si eso no es amor, entonces ya no sé. La tengo conmigo, ella me tiene a mi.
Tengo...
Dos hijos, dos estrellas, un par de cometas iniciando su travesía en el inmenso universo, traviesos jinetes de vidas distintas que tendrán que luchar con dragones de fuego y sus fuerzas ocultas, con la gravedad que los atraiga por curiosidad o ganas y no podré estar ahí siempre para cuidarlos, para guiarlos, para decirles qué hacer y qué no. Y es que yo soy un planeta pequeñito que ellos visitan a diario con abrazos y besos, pero en cuanto expandan su giro universal, más lejos llegaran, menos cerca de mi, y más parecidos a lo que un día serán.
Pero, por ahora, tengo ganas de no dejarlos salir de casa, que jueguen conmigo siempre, que lean un cuento que han leído 100 veces, que me sé de memoria y ellos también, sólo por escuchar sus voces menudas narrando leyendas heroicas de una tortuga que quiere volar...
Y ellos me tienen también, piden tan poco y tanto me dan.
Tengo ganas de eternidad, en los brazos de ella, en los sueños de ellos... No me culpen si quiero ser eterno, pero tiempo es lo único que no tengo seguro, somos granos de arena en este inmenso reloj que no para, que vuela, que nos deja siempre con ganas.
jueves, 30 de abril de 2015
¿Quién eres?
jueves, 19 de marzo de 2015
Bandera
Entre sangre y gemidos, sollozos y frío.
Así nos recibe el mundo, así nos pare la madre, bañados de colores, rodeados de banderas.
Y vamos creciendo y nos hablan de la patria, del país, redil con mallas imaginarias, al que nos pertenecemos y que nos envuelve en colores que la historia nos legó como insignia.
Y al crecer le juramos lealtad y servicio, protegerla y servirla, cual madre, cual novia que espera nuestro amor sublime, inmenso, profundo.
Con los años los colores van perdiendo su textura, aprendemos que los otros no son tan otros, tan lejanos, tan diferentes. Que nos une el idioma por encima de la bandera. Y, cuando el idioma nos separa, nos acoge la música, el deporte, la literatura, los mares y la vida.
Sufren por nosotros aunque no nos vivan a diario, se nos enternece el alma cuando a esos, tan extraños, abanderados ajenos la desgracia los abruma.
Nos gana la sangre, ese primer vínculo humano, hermano, cercano. La primera y única bandera.
Desde allá, donde la atmósfera se pierde y el espacio cuasi infinito nos gobierna, hay un color que nos engloba y nos define, un azul sincero y limpio, con apenas rastros de café y blanco. Un azul de vida, de libertad, un azul de hermanos...
Nacemos entre el rojo de la sangre de la madre, pero con el azul de la madre Tierra como sello indeleble de hermanos.
La vida es mi bandera.
jueves, 12 de marzo de 2015
La novia nueva...
Cada mañana, al borde de las 4 de la mañana, te levantabas para atender a tu esposo y a tu prole que, tranquilamente, siguen soñando con un mejor futuro.
Vas preparando el desayuno y planeando el almuerzo, las tareas del hogar, revisar el campo y coordinar, con la mama Luna, el arado, los sembríos, el aporque, el abono, la cosecha... esa lucha diaria para obtener un café que llena de su aroma media América, el sabor único del chocolate que cruza el Atlántico y endulza paladares mas allá de donde entienden tu lenguaje.
El banano, la papa, las frutas tan generosamente producidas por la madre Tierra... en fin, tu vida es el campo y de él obtienes cuanto tu marido administra en el mercado y se alimentan tus hijos.
Pero una mañana, tras una charla con los amigos en el mercado, él descubre un brillo nuevo en otros ojos, un fuego ardiente en otras caderas, un deseo insaciable en otro lenguaje...
Se le acerca ella, vestida de negro, tentando con su aroma y su color, rodeada de nuevos amigos y lo incluye en un roce social que no imaginaba existía. Se vuelve socio de un nuevo club, ya no regresa a casa a buscarte y contarte sus alegrías y desvelos camino del mercado. Ya no te cuenta cuánto ganan o cuánto pierden. Ya no cuenta contigo.
Y tú sigues sembrando y sigues labrando la tierra, sudándola a diario, sembrando esperanza y cosechando, en tus hijos, gratitud muy simple y en algunos abandono.
Y el café, el cacao, el banano, la fruta... se enojan contigo y dejan de darte mil alegrías. Te falta un brazo firme que sostenga el arado, te falta quien coseche y negocie lo que produces. Él ya es feliz en los brazos de una amante mas joven, mas moderna, mas de la ciudad.
Tras él corren tus hijos y te dejan cargando con las tareas de labranza sola, peleando con las sequías y los crudos inviernos. Peleando sola... Mirando al horizonte, clamando por un futuro, esperando que vuelvan, esperando que quieran volverte a querer... esperando!
Y un buen día te llaman, te vienen a visitar, te piden que produzcas más, que no eres eficiente y que ellos, en la ciudad, pasan hambre mientras tú holgazaneas. Te cuentan que en otros lares hay gente que produce mejor, en menos espacio de tierra y sin tanto sufrir, que deberías hacer lo mismo y dejar de llorar...
Que las ausencias no alimentan a nadie y las quejas no sacian la sed.
Y él, del brazo de la novia nueva, ahora piensa en ti, porque ella ya no lo puede alimentar ni sostener. Porque ella ha perdido brillo y valor, porque ya no le alcanza con lo que ella gana para ser feliz.
Y no vuelve a ti, no. Tampoco se disculpa contigo ni con tu tierra. Te exige sostengas su estilo de vida sin dejarla a ella.
Han pasado los años en los que el dinero le sobraba y lo malgastaba en la juerga y las fiestas, en repartir monedas a cambio de lisonjas... y a ti jamás te ayudó con tus batallas diarias por trabajar la tierra y hacerla producir.
Ahora que la cotización de la novia nueva ya no es suficiente, vuelve a ti.
Viene a exigirte que lo alimentes pero ya no sabe de arado, ni de lodo, ni de luchar. Se ha vuelto exigente, refinado, citadino, odioso...
Él ya no es tuyo ni de nadie. Las deudas lo agobian. El dinero le falta. Los hijos citadinos le exigen más y más.
Y tú sigues labrando tu tierra.
Tú sigues siendo campo y él ya no sabe cosechar.
jueves, 29 de enero de 2015
Pasión
Y ahí vamos, viendo al mundo correr desesperado, aparentemente sin más motivos que girar, que alcanzar cimas y crecer.
Miles de rostros van y vienen, cuentan historias distintas y la misma historia a la vez: viven, mientras van aprendiendo a morir.
Y la vida se vuelve camino, motor y destino.
Y la vida se vuelve motivo, canción y algoritmo.
Ah, la vida. El instante que raudo atropella mil sueños y cumple un par de quimeras. El segundo insolente que sueña con volverse eterno y cambiar el rumbo de la historia.
Esa magia fugaz de minutos, segundos y horas que nos gusta contar. Aunque no sepamos para que las contamos si no se pueden guardar.
Y la única diferencia entre aquel que vive a fondo y el que mira vivir es el fuego que les quema por dentro y los hace brillar... Ser luciérnaga sobrevolando la selva, ser volcán dominando la pampa, la selva y hasta el mar.
Ser
Decidir
Escoger
O cumplir...
Y la vida no es magia ni lógica pagana. No es un dios obligándote a respirar.
La vida son células y oxígeno en permanente combustión.
La vida es fuego.
La vida es pasión!
Dadme una palanca y moveré al mundo...
Ten. Te siembro una pasión: Mueve el mundo... vive!
sábado, 17 de enero de 2015
Con mi corazón en Yambo
No hay brisa que calme el dolor, no hay palabras que puedan con tanta verdad. Las miradas rehuyen, se asustan, se esconden.
Cambias de nombre y de vida, empiezas de nuevo sin haber dicho la verdad.
Y ellos siguen desaparecidos.
27 años pasaron de una fatídica tarde en la que tener un apellido extranjero fue motivo para sentir amenaza patente y quitarles la vida a dos niños que amaban vivir y jugar.
El uno era un niño de 13 años que estaba aprendiendo a vivir y el otro cumplidos 17 ya había empezado a soñar...
¿En qué cabeza sana cabe que dos niños eran una amenaza y debían desaparecer?
Enfermos con armas en las manos. Psicópatas con poder.
Asesinos con uniforme.
Demonios con sueldo estatal.
Callándose el uno al otro y olvidando decir la verdad.
Y la madre vive a diario su dolor indecible, y la madre de los niños muere a diario sin volverlos a abrazar. Y la vida no tiene sentido ni vuelve a brillar. Y la vida se vuelve un infierno y la mentira de todos es la tortura principal.
Y todos callan, esconden la mirada y se niegan a saber, y saben y se niegan a contar.
27 años esperándolos en casa y no los dejan regresar.
Y cada miércoles la plaza de la Independencia mira a Pedro Restrepo llorar a sus hijos como roble en la colina, firme y convencido de que vale la pena vivir y luchar hasta saber la verdad.
Y una hermana, sin hermanos, los busca casi casi sin saber dónde empezar. Y los recuerda por las voces y vídeos que la tecnología le conservó en el tiempo y se niega a callar.
Ella no puede soñarlos aunque quiera, él quisiera no despertar cuando los sueña para no perderlos ya jamás.
Ella, la madre, los halló ya. No están en casa pero juntos son hogar.
Y los malditos, los violentos y asesinos, los indeseables e inhumanos, la escoria que vestía de uniforme ya no los quiere soñar. Duele verlos cada día en pesadillas, odian ver sus rostros en el de sus propios hijos e hijas. Tragan amargo el tormento eterno de no poderlos olvidar.
Y aunque todos respiramos, no todos vivimos. Los unos desean la vida y la disfrutan a segundo seguido, los otros la quieren ver pasar.
Santiago y Andrés le salvaron la vida a tantas personas que vinieron después. No lo saben. Nadie los debe olvidar.
La justicia también tiene mártires. La justicia también se cobra víctimas.
Que triunfe la verdad.